David es débil auditivo; sus compañeros de secundaria en Huautla se solidarizan y conocen lenguaje de señas

Para este niño de 12 años la vida no sólo fue silencio. Cuando nació en Plan de Carril del Municipio de Huautla de Jiménez, sus cinco sentidos funcionaban a la perfección, pero cuando tenía tres años sus padres se dieron cuenta que algo no andaba bien, no escuchaba.

El diagnóstico fue una “una posible infección mal tratada”, causa de la deficiencia en la capacidad para percibir los sonidos en su intensidad habitual, llamada hipoacusia, mal que en Oaxaca padecen un aproximado de 67 mil 587 personas, mientras que en el país son 2.4 millones con problemas auditivos.

Ni David Nepthalí López Cerqueda ni Yadira Martínez Cerqueda se han rendido nunca, pese a tener que luchar a “brazo partido” contra el olvido de los gobiernos en turno, el nulo apoyo de las instituciones de salud y la ignorancia de la población, pero “no todo está perdido”.   

Su mamá  siempre busca herramientas  para apoyar a su hijo como la capacitación que realizó en el Centro Oaxaqueño de Rehabilitación de Audición y Lenguaje, lo importante es seguir, no rendirse, no olvidarse de soñar.

La inteligencia de David y su metas son iguales a las de muchos niños de su edad y aunque su tránsito por la primaria Urbana Estatal Cristóbal Colón en su natal Plan de Carril no fue fácil, espera que al término de su educación básica, su futuro tenga una gran fortuna.

 

Una luz en el camino

La implementación de la interpretación de calidad de la Lengua de Señas Mexicanas (LSM) es una meta muy lejana para ayudar a los niños y familias que tienen algún integrante con discapacidad auditiva.

En todo el país hay solo 40 intérpretes certificados en Lengua de Señas Mexicana, 11 ubicados en la Ciudad de México.

 La mayoría de los que conocen este lenguaje son familiares de los sordos y la capacitación a los maestros para que aprendan a comunicarse con estos estudiantes no es obligatoria.

La Secretaría de Educación (SEP) se lo pide a las escuelas, pero si alguna no lo hace, no hay sanciones.

Para la Escuela Secundaria Federal “Antonio Caso” hoy fue un día de luz, los alumnos de primer grado, usaron la empatía y junto a Yoliztlaman X. Carcoba Ruiz, conocieron la Lengua de Señas Mexicanas.

Fue la madre de David, la profesora Yadira quien promovió la actividad a la que invitó a Yoliztlaman, quien tiene una especialidad en el área de Literatura por el Instituto de Humanidades de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), interprete en el noticiario de CORTV, a quien conoció en su estancia en el Centro Oaxaqueño de Rehabilitación de Audición y Lenguaje.

Los jóvenes huautlecos mostraron gran interés, empatía y voluntad de aprender en la conferencia de Lengua de Señas Mexicanas y los maestros también participaron, todo con un mensaje de inclusión, todo con un objetivo: decir no a la discriminación.

 

Triste realidad

Los recursos del gobierno federal para la educación de las personas sordas no ha crecido sino al contrario.

En los últimos siete años, el presupuesto para Educación Especial pasó de 70 a 60 millones de pesos (3,5 a 3 millones de dólares) pero el recorte no ha sido solo de 10, pues en 2010 había aumentado a 261 millones; en 2011 cayó hasta 192; en 2013 bajó a 87 millones y en 2015 llegó a su punto más bajo: 47 millones de pesos (2,3 millones de dólares).

Ese austero presupuesto es para toda la educación especial, que incluye a discapacitados, niños con capacidades sobresalientes, indígenas o de otras culturas, que requieran alguna condición especial para estudiar.

En las escuelas públicas de todo el país hay 4.519 alumnos con sordera y 9.063 con hipoacusia, de acuerdo a cifras de la SEP.

Los maestros no saben lengua de señas, por lo tanto no atienden a los niños sordos, atienden a los que pueden oír.

Es por eso que muchas personas sordas adultas no saben leer y escribir bien. Se comunican con la lengua de señas pero si alguien les escribe un mensaje no pueden leerlo, pues en el colegio el maestro los aprobó para deshacerse de un problema, o porque sus padres pagaron por su cédula.

 

Cómo hablar con una persona con discapacidad auditiva

La Comisión Nacional de Derechos Humanos publica una serie de sugerencias para que los oyentes interactúen de una manera exitosa con las personas sordas:

 

– Cuando quieras dirigirte a una persona sorda o con deficiencia auditiva llama su atención con un gesto o tócala levemente en su hombro.

 

– Mantén siempre el contacto visual. Sé expresivo al hablar, para que las personas puedan identificar tus sen­timientos y el tono con el que estás diciendo las cosas.

 

– Nunca te tapes la boca, esto dificulta que la persona pueda llevar a cabo una lectura labial.

 

– Cuando la persona sorda cuente con la asistencia de un intérprete, dirígete directamente a la persona sorda, no al intérprete.

 

– No llamarlos “sordito” o “sordomudo” [las personas sordas no son mudos: pueden hablar pero no aprendieron a hacerlo porque no podían escuchar].