
Agencias
El presidente Donald Trump firmó una orden que prohíbe el ingreso a Estados Unidos a personas de 12 países, restableciendo una de las medidas más controvertidas y definitorias de su primer mandato a raíz de un ataque en Boulder, Colorado, que tuvo como objetivo una marcha en apoyo de los rehenes israelíes.
La prohibición de viajes, vigente por segunda vez, abarca Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. La medida también limita parcialmente la entrada de personas procedentes de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
A principios de semana, Trump culpó a las políticas migratorias del expresidente Joe Biden por la presencia del sospechoso del ataque de Boulder, un egipcio que se quedó en el país más tiempo del permitido por su visa y que no se habría visto afectado por la prohibición. Testigos afirman haber visto al sospechoso usar un lanzallamas improvisado y lanzar un artefacto incendiario durante el ataque.
“El reciente ataque terrorista en Boulder, Colorado, ha puesto de relieve los graves peligros que representa para nuestro país la entrada de extranjeros sin una verificación adecuada, así como la de quienes llegan como visitantes temporales y se quedan más tiempo del permitido por sus visas”, declaró Trump en un video publicado el miércoles en redes sociales. “No los queremos”.
Personas que ya tengan visa o que vayan al mundial sí podrán viajar
La prohibición no se aplicará a quienes ya tengan visas, residentes permanentes legales de Estados Unidos ni a equipos que viajen para la Copa Mundial de la FIFA o los Juegos Olímpicos. Quienes tengan visas especiales para escapar de la persecución en Irán o para apoyar el esfuerzo militar estadounidense en Afganistán también estarán exentos.
Con ello, se espera que no existan controles para quienes acudan a los eventos, aunque se espera que en los próximos meses se explique cómo funcionará la entrada de asistentes de estos países.
Trump suspende visas de estudiantes de Harvard
Trump también firmó una proclamación separada suspendiendo las visas de estudiantes extranjeros que buscan participar en programas de intercambio en la Universidad de Harvard, que ya ha sido un blanco para la administración que afirma que tiene un sesgo liberal y no está haciendo lo suficiente para abordar el antisemitismo.
En la proclamación de Harvard, Trump acusó a la universidad de no disciplinar las violaciones de conducta en el campus y se quejó de que la universidad sólo había entregado información sobre tres estudiantes extranjeros acusados de actividades peligrosas, ilegales o amenazantes.
“Las acciones de Harvard muestran que o bien no informa completamente sobre los registros disciplinarios de sus estudiantes extranjeros o bien no vigila seriamente a sus estudiantes extranjeros”, dijo Trump.
En su primer mandato, Trump prohibió el ingreso de viajeros procedentes de Cuba, Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Sudán, Siria, Venezuela y Yemen.
La incorporación de Afganistán a esta orden se produce después de que la administración Trump suspendiera el programa de refugiados de Estados Unidos y congelara la financiación federal para programas de asistencia, incluidos aquellos que proporcionaban viajes a afganos que ya habían sido aprobados para reasentarse en Estados Unidos.
Esta medida es el último paso en una amplia agenda migratoria destinada a combatir la migración indocumentada, intensificar las deportaciones de personas desde Estados Unidos y completar la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México que Trump inició durante su primer mandato. En su campaña presidencial del año pasado, Trump se comprometió a asegurar las fronteras estadounidenses, aprovechando la preocupación de los votantes por la delincuencia y el aumento de la migración.
Trump puso en marcha esfuerzos para restablecer una prohibición de viajes rápidamente después de asumir el cargo, ordenando a los secretarios de Estado y de Seguridad Nacional, al fiscal general y al director de Inteligencia Nacional que identificaran los países para los cuales “la información de investigación y selección es tan deficiente que justifica una suspensión parcial o total de la admisión de ciudadanos de esos países”.
Es probable que la prohibición migratoria enfrente impugnaciones legales, al igual que su predecesora en el primer mandato, y dado que muchas de las demás medidas migratorias de Trump durante su actual mandato ya se encuentran en litigio en los tribunales.
Trump se ha comprometido a implementar una agenda que pone a prueba las competencias de su cargo en materia de política migratoria.
La prohibición de viajes durante el primer mandato marcó un hito en la gestión de Trump. En 2017, a pocos días de asumir el cargo, Trump emitió una orden que prohibía la entrada a Estados Unidos a personas de siete países con población mayoritariamente musulmana durante 90 días. La medida desató caos y confusión en los aeropuertos, protestas en todo el mundo y una avalancha de demandas para detener la orden, que sus críticos calificaron de “prohibición musulmana”.
Trump defendió la medida como necesaria para la seguridad nacional y, después de que los jueces anularan la versión inicial, decidió emitir órdenes revisadas que alteraron la lista de países afectados y ofrecieron más detalles sobre el alcance de las restricciones en un intento de sobrevivir a un mayor escrutinio legal.
Los cambios posteriores a la política finalmente llevaron a que la Corte Suprema de Estados Unidos ratificara la prohibición migratoria en 2018. En un fallo de 5 a 4, los jueces rechazaron las acusaciones de que se dirigía a los musulmanes, lo que otorgó a Trump una importante victoria legal que reforzó el amplio control del presidente sobre las fronteras del país. Biden, en uno de sus primeros actos en el cargo en 2021, firmó su propia orden que ponía fin a la prohibición migratoria impuesta por Trump.
Sin embargo, durante la campaña del año pasado, Trump había prometido restablecerla y ampliar la medida para cubrir a los refugiados de Gaza si era elegido, y su medida cumple con un punto clave de su agenda.
Desde que asumió el cargo, el presidente declaró una emergencia nacional en la frontera sur y ordenó al Pentágono desplegar recursos adicionales para abordar la situación.
El gobierno también ha incrementado las deportaciones de inmigrantes indocumentados e intentó poner fin a la ciudadanía automática por derecho de nacimiento para los hijos de personas que están en el país ilegalmente; esto último ha sido detenido por los tribunales mientras abordan desafíos legales.
El presidente también ha utilizado aranceles para presionar a México y Canadá a hacer más para asegurar la frontera y ordenó a las agencias identificar programas financiados con fondos federales que brinden beneficios a los migrantes que se encuentran ilegalmente en el país.