Una tormenta invernal tipo “ciclón bomba” de una rara intensidad azota Estados Unidos este fin de semana, cobrando la vida de al menos 11 personas, mientras que un millón de ciudadanos estadounidenses permanecen sin servicio eléctrico.}
En el país norteamericano se han reportado cierres de rutas y aeropuertos viéndose obligados a cancelar casi siete mil vuelos en víspera de Navidad.
Las condiciones son muy peligrosas para la circulación, advirtieron las autoridades.
Se estima que las condiciones meteorológicas se mantengan iguales durante todo el fin de semana, por lo que muy probablemete los estadounidenses pasen la celebración navideña refugiados en sus casas debido a las bajas temperaturas.
Expertos explican que, a partir del domingo en la noche las temperaturas puedan comenzar a modificarse, logrando moderarce a partir del lunes.
Se esperaba que millones de personas salieran a las carreteras y abordaran vuelos para estas vacaciones de Navidad y año nuevo, marcando un retorno a los niveles de movilidad previos a la pandemia.
Más de un 1,5 millones de estadounidenses estaban sin corriente eléctrica el viernes, sobre todo en Carolina del Norte y del Sur, Connecticut y Texas, según el sitio especializado Poweroutage.us.
Alrededor de 7.000 vuelos han sido cancelados el viernes y otros 7.600 postergados, según el sitio Flight Aware. Los aeropuertos más afectados eran los de Seattle (noroeste), Nueva York, Chicago (norte) y Detroit.
El jueves, alrededor del 10% de los vuelos habían sido cancelados, dijo el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, este viernes en MSNBC. “Varios de los centros aéreos más grandes se ven afectados”, agregó.
De acuerdo a la Asociación Automovilística Estadounidense (AAA), unas 112 millones de personas tenían previsto conducir al menos 80 kilómetros entre el 23 de diciembre y el 2 de enero.
Varios estados, incluidos Nueva York, Oklahoma, Kentucky, Georgia y Carolina del Norte, se declararon en emergencia.
El viernes en la tarde, la tormenta adquirió el estatus de “ciclón bomba” después de que la presión del aire cayó repentinamente durante 24 horas. Este fenómeno produce fuertes lluvias o nieve, inundaciones en las costas y vientos huracanados.
Algunas de las nevadas más fuertes se produjeron en el norte del país, particularmente en la región de los Grandes Lagos.
Pero el fenómeno se extiende desde la frontera canadiense, en el norte, hasta el límite con México, en el sur, y desde la costa del Pacífico, en el noroeste, hasta la costa atlántica, en el este, señalaron los meteorólogos estadounidenses.
Este sistema de baja presión provoca un fuerte choque entre una masa de aire muy frío proveniente del Ártico y otra tropical que llega desde el Golfo de México.
Lo que hace extraordinaria la situación actual es que la presión atmosférica se desplomó muy rápidamente, en menos de 24 horas.
En Nueva York, mientras que la temperatura todavía rondaba los 10°C el viernes por la mañana, se esperaba que bajara a -10°C por la noche. En Chicago, el viernes por la mañana había 20 grados bajo cero, y las temperaturas eran negativas hasta la costa de Texas.