El pasado 20 de noviembre durante el evento de conmemoración del 115 aniversario de la Revolución México, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, emitió un fuerte discurso que lleva mensajes claros a más de un opositor a la cuarta transformación.
“El que convoca a la violencia, se equivoca; el que alimenta el odio, se equivoca; el que cree que la fuerza sustituye a la justicia se equivoca; el que convoca a una intervención extranjera, se equivoca; el que piense que aliándose con el exterior tendrá fuerza, se equivoca; el que cree que las mujeres somos débiles, se equivoca; el que cree que la transformación duerme, se equivoca; el que piensa que las campañas de calumnias y mentiras hacen mella en el pueblo y en los jóvenes, se equivoca; el que piensa que el pueblo es tonto, se equivoca”.
La marcha de la generación Z, encabezada por jóvenes y sociedad civil, estuvo infiltrada por opositores al gobierno que buscaron generar un escenario de provocación. Su finalidad, alentar la represión para justificar una intervención extranjera en pro de una supuesta sociedad civil lastimada y oprimida por el gobierno federal. Su estrategia no funcionó.
Cuando los intereses económico o partidistas de unos cuantos confluyen a través de grupos radicales, sin el respaldo popular, difícilmente encuentran eco en la sociedad. En junio de 2004, durante el gobierno de Vicente Fox, emergió una de las manifestaciones más importantes de los últimos años en la ciudad de México. La marcha blanca, como se le llamó, reunió a más de un millón de personas por las calles de Paseo de la Reforma hasta llegar al zócalo. El tema: la seguridad pública y un alto al secuestro.
México vivía por aquellos años una de las peores crisis de seguridad pública en la historia. Secuestros, robos, extorsión, homicidios. La muerte del secretario de seguridad pública de aquella época, en un accidente aéreo cuando se dirigía a un evento al penal de máxima seguridad del Altiplano, alertó a las agencias internacionales de la fragilidad del Estado mexicano en su confronta contra los grupos delincuenciales.
El país entero estaba envuelto en números rojos. Presidentes municipales asesinados, cárteles del narcotráfico fortalecidos, gobernadores intocables. Y un sinnúmero de secuestros que alcazaba a las cúpulas más altas del poder económico de México.
El 30 de agosto de 2008 sucedió la segunda marcha contra la inseguridad, se llamó iluminemos México. En esta ocasión grupos organizados convocaron a una emblemática marcha nocturna en más de 70 ciudades del país. Gobernaba Felipe Calderón. Y la situación de inseguridad había colmado a grupos empresariales, políticos, líderes sindicales, organizaciones sociales. El país convergía en la necesidad de poner orden a lo ola desmedida de secuestros y delitos que golpeaban diariamente a los mexicanos.
Por aquellos días el secretario de seguridad pública en Genaro García Luna. Hoy detenido en una cárcel de Estados Unidos. La sociedad civil, era la misma de ahora. Solo que aquella ocasión, la problemática unió a todas las clases sociales del país en torno a una misma problemática, que fue la falta de seguridad.
Hoy la situación es diferente y el mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido contundente. “Ya no hay imposiciones ni privilegios, hay Constitución, hay democracia y hay un gobierno que escucha, que respeta y que responde a su pueblo”.
El próximo 1 de diciembre se cumplirán 7 años del inicio del proyecto de transformación. Se esperan ajustes y acciones contundentes. Enhorabuena, que así sea.
*Moisés Bailón Jiménez es Maestro en Derecho Electoral y Procesal por la Benemérita Universidad de Oaxaca.
