Fue una final pastosa, extraña, en la que el Borussia dispuso de 45 minutos de tener al Madrid maniatado, para que al final fueran los de Carlo Ancelotti los que, como llevan haciendo toda la vida, se salieran con la suya.
Los partidos de vuelta de la Champions League fueron amenazados por el Estado Islámico, de acuerdo a un mensaje difundido por la fundación Al Azaim (Daesh, ISIS).