Alerta en Oaxaca por tres casos sospechosos de rabia humana en niños

Staff Ruta 135

Oaxaca, Oaxaca.- Tres niños de ocho, siete y dos años de edad son sospechosos de haber contraído rabia, por lo que los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) activaron un protocolo de vigilancia epidemiológica, de prevención y control.

Los menores de edad son originarios de la localidad Palo de Lima, municipio de San Lorenzo Texmelúcan (Sierra Sur), localizada a unos 135 kilómetros de la capital de Oaxaca.

Hasta ahora se encuentran ingresados en el Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso” de Oaxaca de Juárez, donde son monitoreados.

De acuerdo con información del gobierno del estado “dos de ellos se reportan como graves y la tercer paciente al momento se encuentra estable, bajo vigilancia médica”.

“Se realizaron pruebas de laboratorio las cuales se enviaron para análisis al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre), con el fin de confirmar o descartar la presencia del virus”, se indica en una tarjeta informativa.

Ante este hecho, se informó que personal federal del programa de Rabia y otras Zoonosis del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), así como del Programa Estatal de Rabia, y del IMSS Bienestar, han procedido a realizar las acciones de vigilancia en la localidad e identificación de contactos de riesgo.

La rabia del murciélago se ha convertido recientemente en una amenaza para la salud pública, indica la OMS.

La rabia

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la rabia es una enfermedad cuya infección en las personas suele producirse por la mordedura o arañazo de un animal infectado. En América, los murciélagos son la principal fuente de infección en los casos mortales de rabia, puesto que la transmisión a ser humano por mordedura de perros rabiosos se ha interrumpido casi por completo.

Los síntomas

La OMS indica que el periodo de incubación de la rabia suele ser de 2 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, dependiendo de factores como la localización del punto de inoculación y la carga vírica.

Las primeras manifestaciones son la fiebre acompañada de dolor o parestesias en el lugar de la herida. La parestesia es una sensación de hormigueo, picor o quemazón inusual o no explicable por otra causa. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central, se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.

La enfermedad puede adoptar dos formas:

En la primera, la rabia furiosa, los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, hidrofobia (miedo al agua) y, a veces, aerofobia (miedo a las corrientes de aire o al aire libre), y la muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.

La segunda forma es la rabia paralítica, que representa aproximadamente el 20% del número total de casos humanos y tiene una evolución menos grave y, por lo general, más prolongada. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la mordedura o el arañazo. El paciente va entrando en coma lentamente y acaba falleciendo. A menudo, la forma paralítica no se diagnostica correctamente.