Staff Ruta 135
Oaxaca, Oaxaca.- La celebración del Día de las Madres debe ser también una oportunidad para que desde las instituciones y órganos oficiales se replanteen las estrategias y acciones enfocadas a la protección de las mujeres, dijo Liz Concha, presidenta de la Comisión de Gobierno y Asuntos Agrarios de la LXV Legislatura de Oaxaca.
“Es evidente que las medidas tomadas hasta ahora no han funcionado bien, pues de acuerdo a las organizaciones no gubernamentales, de enero a la fecha se han registrado 42 feminicidios en Oaxaca, aunque lamentablemente no todos los casos son considerados como feminicidios, por lo que la cifra alcanzaría los 70 asesinatos de mujeres en la entidad, por ello es un hecho que la situación no puede seguir así”, dijo.
La diputada lamentó que la felicidad que debe sentir cualquier mujer al ser madre, se vea opacada por la preocupación y la zozobra del riesgo constante de ser violentada o peor aún asesinada, por lo que es urgente coordinar esfuerzos entre todas las instituciones.
“La labor individual es muy importante pero tiene mayores alcances y mejores resultados el trabajo conjunto a nivel institucional, público y privado para garantizar que las mujeres y principalmente las madres vivan en un entorno sano para que sus hijos crezcan y se desarrollen en un ambiente de paz y tranquilidad”, subrayó la legisladora.
Liz Concha también abordó un fenómeno al que poco se le ha prestado atención: el de las madres menores de edad y es que durante la etapa de confinamiento debido a la pandemia por COVID-19 se duplicaron los casos de niñas embarazadas; de acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2019 se registraron 1,565 menores de 15 a 19 años embarazadas, pero en 2020 ,el primer año de pandemia, se disparó a 3,692 y para el 2021 la tendencia continuó con 3,316 adolescentes que fueron madres.
Agregó que más grave y preocupante es la cantidad de niñas menores de 15 años embarazadas, en 2019, es decir, antes de la pandemia hubo 31 casos, ya para el 2020 y 2021 se registraron 56 y 55 respectivamente.
“Esto llama poderosamente la atención ya que estamos hablando de que esas niñas estaban en casa, aparentemente resguardadas. ¿Bajo qué condiciones se dieron esos embarazos? ¿Quiénes son los responsables? ¿Qué consecuencias emocionales o físicas trajo a las menores? Hay muchas interrogantes entorno a cada caso, por eso es fundamental replantear los métodos, estrategias, planes y programas para dar seguimiento y atender integralmente a quienes hoy viven una vida distinta a la que debería ser normal para cualquier jovencita de su edad”, señaló.