
Agencias
Washington. El presidente Donald Trump acudió el al Capitolio para presionar a los republicanos de la Cámara de Representantes a que voten a favor de su paquete legislativo, que incluye gravar con 5 por ciento las remesas que envíen los trabajadores indocumentados, recortar impuestos y aumentar los requisitos para acceder al sistema de salud, entre otros puntos que el presidente considera crucial para su segundo mandato.
En declaraciones a los periodistas previo a la reunión a puertas cerradas, Trump dijo que los republicanos están “tremendamente unidos”, pese a las disputas internas respecto a su amplio proyecto de ley de presupuesto y recortes de impuestos.
“Tenemos un partido tremendamente unido. No creo que hayamos tenido nunca un partido como este”, declaró.
La estrecha mayoría del Partido Republicano (que tiene 220 legisladores frente a 213 de los demócratas) está dividida sobre el alcance de los recortes de gastos solicitados por el mandatario.
Los republicanos de línea dura en la Cámara de Representantes de Estados Unidos bloquearon brevemente el viernes el avance del proyecto de ley, que según analistas no partidistas podría añadir entre 3 billones y 5 billones de dólares a la deuda del gobierno federal de 36.2 billones de dólares, pero cedieron el domingo. Los republicanos de la línea dura piden mayores recortes de gastos.
El proyecto de ley prorrogaría los recortes de impuestos de 2017 que fueron el logro legislativo más destacado del primer mandato de Trump, y también agrega exenciones fiscales a los ingresos procedentes de propinas y el pago de horas extras que fueron promesas de su campaña electoral. Al tiempo, plantea un impuesto de 5 por ciento a las transferencias de dinero que envían los trabajadores indocumentados y que, según legisladores demócratas, afectará a unos 40 millones de trabajadores en Estados Unidos.
Los republicanos están buscando maniobras parlamentarias para eludir las objeciones de los demócratas, que dicen que el proyecto de ley beneficia desproporcionadamente a los ricos y recortará profundamente los programas sociales.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, pretende aprobar la medida el jueves, antes del fin de semana festivo del Día de los Caídos, preparando el terreno para que el Senado la aborde el mes que viene.
Los demócratas rechazan los cambios propuestos a Medicaid en el proyecto de ley republicano. Según la legislación, los estadounidenses que participen en el programa se enfrentarían a nuevos requisitos laborales (salvo por edad o discapacidad), y el programa también aumentaría la frecuencia de las verificaciones de elegibilidad. Los críticos afirman que los cambios desviarían a millones de personas de sus planes de salud debido al aumento de los trámites burocráticos, que pueden ser difíciles de gestionar para muchos.
Jim McGovern, el demócrata de mayor rango en el panel de Reglas, se burló de sus homólogos republicanos por el momento de la votación del comité.
“La pregunta es, ¿por qué a la una de la mañana? Es decir, ¿de qué tienen miedo? ‘¿De qué se avergüenzan?’ es probablemente la mejor pregunta”, dijo McGovern el martes.
“Creo que simplemente no quieren que la gente sepa lo que están haciendo”, dijo McGovern. “Están privando a millones de personas de atención médica y asistencia alimentaria esencial, todo para pagar una rebaja de impuestos a los multimillonarios. Es una forma pésima de legislar”, condenó.