
AFP
Vietnam anunció este domingo que evacuará a más de 300,000 personas y canceló más de una decena de vuelos nacionales ante la aproximación del tifón Kajiki.
Más de 325,500 residentes de cinco provincias costeras serán trasladados a escuelas y edificios públicos convertidos en centros de evacuación temporales, informaron las autoridades, mientras que las aerolíneas nacionales Vietnam Airlines y Vietjet anunciaron la cancelación de vuelos.
Se prevé que la tormenta toque tierra en la costa este de Vietnam el lunes.
“La situación es extremadamente peligrosa e insegura para vehículos o estructuras como embarcaciones turísticas o pesqueras, e instalaciones de acuicultura”, declararon las autoridades de gestión de desastres del ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.
El tifón Kajiki se desplaza lentamente por la costa sur de China con vientos máximos sostenidos de 90 nudos (167 kilómetros por hora), según el Centro Conjunto de Alerta de Tifones, y se espera que se intensifique.
Se esperan lluvias torrenciales en partes de las provincias vietnamitas de Ha Tinh y Nghe An el lunes y el martes, según la Administración Meteorológica de China.
Los fuertes vientos podrían afectar a centrales eléctricas, transporte y otras industrias.
Se trata de la quinta tormenta tropical que afecta a Vietnam este año. Más de 100 personas fallecieron o desaparecieron a causa de desastres naturales en los primeros siete meses de 2025, según el ministerio de Agricultura.
Las pérdidas económicas se estiman en más de 21 millones de dólares.
Por su lado, el balneario tropical chino de Hainan elevó su respuesta de emergencia al máximo nivel y evacuó a unos 20,000 residentes el domingo, informó la agencia estatal de noticias Xinhua.
La principal ciudad de la isla, Sanya, cerró zonas frecuentadas y suspendió sus actividades comerciales.
Vietnam perdió 3,300 millones de dólares como consecuencia del tifón Yagi, que azotó el norte del país y causó cientos de muertes.
Los científicos afirman que el cambio climático provocado por el ser humano está generando patrones meteorológicos más intensos e impredecibles que pueden aumentar la probabilidad de inundaciones y tormentas destructivas, especialmente en los trópicos.