Peste porcina pone en jaque a España; están en juego 39 mil mde

Madrid. El sector porcino español, el más grande y productivo de la Unión Europea (UE) –con casi 35 millones de cabezas– está en jaque ante el brote de peste porcina africana (PPA) que se detectó en la región limítrofe de la ciudad de Barcelona y que ha provocado que países como México, China, Taiwan, Japón y Estados Unidos hayan decidido suspender cualquier tipo de importación de origen español de este sector.

Los últimos hallazgos sobre el origen de la epidemia han saltado las alarmas de los expertos, ya que según un informe realizado por el ministerio de Agricultura español el tipo de cepa detectado en el ganado infectado puede proceder de un “laboratorio”.

Desde que estalló esta crisis sanitaria se han localizado ya 13 jabalíes infectados con la enfermedad, todos ellos en la localidad de Collserola del Vallés, en el área conurbada de Barcelona, y los informes son contundentes: es PPA, un mal hemorrágico de altísima virulencia, letal para cerdos y jabalíes. Aunque no afecta a las personas ni por contacto ni por consumo de carne, su resistencia ambiental (capaz de sobrevivir semanas en el barro o en objetos contaminados) la convierte en una amenaza para el sector pecuario en España, que desde su erradicación en 1994 no se había vuelto a enfrentar a una epidemia así, para la que no hay vacuna ni tratamiento, sólo medidas para evitar el contagio y su propagación.

Este escenario pone en riesgo al conjunto del sector pecuario español, sobre todo el porcino, que tiene un valor económico de alrededor de 39 mil millones de euros, según informes de la administración pública.

El PPA se detectó por primera vez a la península Ibérica en 1957 y llegó, según las investigaciones realizadas, por aire al haber sido introducido a través del aeropuerto de Lisboa, donde los cerdos próximos al aeródromo se infectaron tras ingerir restos de comida contaminada procedente de vuelos cuyo origen eran varios países de África. A partir de entonces se expandió por el resto de Europa, dejando a su paso algunas de las crisis alimentarias y agrícolas más severas de la historia.

Los síntomas en los animales pueden variar, pero el final casi siempre es el mismo: fiebre alta, hemorragias internas y muerte en un lapso de entre 6 y 20 días, con una tasa de mortalidad que roza 100 por ciento. Además, la transmisión es de doble vía: puede darse por contacto directo entre animales o de forma indirecta, mediante restos de comida, fluidos contaminados, objetos como herramientas agrícolas, calzado, ruedas de vehículos o incluso insectos como las garrapatas que suelen habitar de forma habitual en el ganado.

Pere Roqué, presidente de la Asociación Agraria de Agricultores de Cataluña, explicó que “los ganaderos afectados no quieren hablar, están desesperados por la situación. Hay familias sufriendo mucho. El miedo es que después de 30 años haciendo las cosas al milímetro y con una inversión impresionante para ofrecer el mejor producto y con unas condiciones de bioseguridad únicas se tire todo por tierra por la falta de responsabilidad sobre la fauna salvaje.

Es evidente que la fauna salvaje descontrolada y no sometida al control cinegético puede acabar con la agricultura y la ganadería de este país”. Este representante del sector reconoce que están en riesgo las ventas al exterior del sector que el año pasado superaron 8 mil 783 millones de euros y este año todas las previsiones auguraban un incremento importante.

Lo que también tiene en vilo a los expertos es el origen del brote, ya que en un primer momento se barajó la hipótesis de que su origen fuera una comida en mal estado dejada al borde de la carretera por algún camionero que circula por la zona que un jabalí ingirió y se infectó. Era al menos la tesis más plausible, pero el último informe del ministerio de Agricultura advierte de que su origen puede ser “un laboratorio”.

El Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA) de Valdeolmos, en Madrid, realizó una investigación del brote en la que analizó la caracterización molecular por secuenciación del genoma del virus de la PPA y lo compara con los distintos virus de peste porcina africana detectados en toda la UE. Y advierte que “todos los virus circulantes en la actualidad en los Estados miembros pertenecen a los grupos genéticos 2-28, pero el virus causante del foco en la provincia de Barcelona es muy similar al grupo genético que circuló en Georgia en 2007. Con lo que su origen pueda estar en una instalación de confinamiento biológico”.

De hecho, la policía autonómica catalana “no descarta”, tal y como informó el consejero de Agricultura del gobierno catalán, Òscar Ordeig, que el virus haya podido salir de un laboratorio, como por ejemplo el Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA) que se encuentra en Belaterra (Barcelona), ubicación cercana al foco de positivos en peste porcina africana.

El valor de la producción de porcinos rebasa los 11 mil millones de euros anuales, lo que supone 39.1 por ciento de la producción final ganadera en España y 16.3 por ciento de la producción final agropecuaria. Además, la facturación anual ronda 25 mil millones de euros, da empleo a más de 415 mil personas y representa cerca de 9.5 por ciento del PIB industrial.

Según el último censo, en España hay 34.6 millones de cabezas de ganado porcino (89 por ciento blanco y 11 por ciento ibérico), siendo el primero de la UE y superando con creces a Alemania, que tiene 21.3 millones de cabezas.

Daniel de Miguel, director de la agrupación Interporc, que agrupa a los profesionales que trabajan con el porcino blanco, explicó que “el sector español está totalmente volcado al exterior. Según las últimas cifras, 60 por ciento de la facturación del sector proviene de las exportaciones y 40 por ciento es de consumo interno. En total, de los 5 mil 771 millones de euros que vendieron productores nacionales al extranjero, 3 mil 100 millones de euros fueron a países de la UE, pero el problema es que las áreas de mayor potencial eran los países asiáticos. Japón, México y Taiwán son los tres mercados más importantes que han vetado en su conjunto las exportaciones españolas”.

De ahí que todos los expertos y ganaderos estén en alerta máxima y preocupados de que ese brote de peste porcina no se extienda a otras regiones y se vuelva incontrolable. Un extremo que se intenta evitar a toda costa en la región barcelonesa, la cual es el origen del brote y donde incluso se desplegó el ejército español para proteger la zona y evitar más contagios.

[Con información de La Jornada]