Trump analiza los pasos a seguir en Venezuela entre críticas de aliados

Agencias

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, convocó a su gabinete de seguridad nacional este lunes para discutir los próximos pasos de su campaña para promover el cambio de régimen en Venezuela, pero a la vez la Casa Blanca debió enfrentar crecientes preocupaciones entre sus aliados políticos conservadores sobre la legalidad y propósitos de las operaciones militares en el Caribe.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, insistió en enmarcar la campaña contra Venezuela en un esfuerzo para evitar que drogas ilícitas lleguen a Estados Unidos.

El gobierno estadunidense no respondió a preguntas este fin de semana sobre la decisión del mandatario de “cerrar” el espacio aéreo de Venezuela o de versiones reportadas por Miami Herald de que Trump expresó al presidente Nicolás Maduro, en una llamada telefónica, que tenía que renunciar y exiliarse.

Cuando un reportero preguntó este lunes si el presidente piensa desplegar tropas estadunidenses en terreno venezolano, Leavitt respondió que “hay varias opciones a disposición del mandatario estadunidense que están sobre la mesa”.

Sin embargo, también hay indicaciones este lunes de que algunos conservadores influyentes en Estados Unidos están cada vez más inquietos con la ampliación de las operaciones militares. La diputada derechista, Marjorie Taylor Green, fue muy sintética al expresar la opinión de corrientes conservadoras de la base de Trump, en una publicación en X: “componga lo del seguro médico (en Estados Unidos). No cambio de régimen en Venezuela”.

Violación al manual de la Marina

Varios legisladores republicanos expresaron públicamente su preocupación el pasado fin de semana por reportes de que a principios de septiembre, después de que fuerzas estadunidenses atacaron una embarcación que supuestamente transportaba drogas en el Caribe, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, ordenó un segundo bombardeo para matar a los sobrevivientes del primero.

“Si los hechos son, como se alega, que hubo un segundo ataque específicamente para matar a los sobrevivientes en las aguas, esto es nada menos que un crimen de guerra; también es un asesinato”, acusó el senador independiente Angus King.

“Coincido, eso sería un acto ilegal”, expresó el diputado republicano, Mike Turner, presidente del poderoso Comité sobre Fuerzas Armadas en la cámara baja.

La vocera Leavitt confirmó este lunes que sí hubo un segundo ataque contra esa embarcación, pero negó que violara las reglas de guerra e insistió en que Hegseth actuó de manera legal. “Si los narcoterroristas trafican drogas ilícitas hacia Estados Unidos, él tiene la autoridad para matarlos”, recalcó a reporteros.

Cuando un periodista señaló que en el Manual de Guerra de la Marina de Estados Unidos, indica explícitamente que abrir fuego contra sobrevivientes de una embarcación dañada es un ejemplo de un crimen prohibido bajo la ley estadunidense y de conflictos armados, Leavitt sólo repitió: “el ataque fue llevado a cabo en aguas internacionales y de acuerdo con las leyes de conflicto armado”.

Al mismo tiempo, la decisión de Trump de indultar y liberar al ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien fue declarado culpable en 2024 por participar en el traslado de cientos de toneladas de cocaína a Estados Unidos, nutrió las expresiones de preocupación de algunos conservadores.

Cuestionado sobre las razones del indulto este fin de semana, Trump respondió que “puedes tomar el ejemplo de cualquier país, si alguien vende drogas en ese territorio, eso no significa que arrestas al presidente y lo encarcelas para el resto de su vida”. Pero esa explicación sólo provocó preguntas sobre una aparente doble moral.

El senador republicano Bill Cassidy enfatizó el domingo: “¿por qué indultaríamos (a Hernández) y por otro lado perseguimos a Nicolás Maduro por traficar drogas a Estados Unidos?”

Pero la facción política alrededor del presidente que promueve el cambio de régimen en Venezuela, también desplegó su maquinaria publicitaria. “Si Maduro se rehúsa a irse y Trump evita actuar para derrocarlo, el presidente y la credibilidad de Estados Unidos serán los perdedores”, advirtió el editorial de The Wall Street Journal, publicado este lunes.

“Pensamos que deponer a Maduro está en el interés nacional de Estados Unidos dado como ha regado refugiados y caos en la región”, especificó el texto.

La maquinaria política de Miami también se prepara para el cambio de régimen. Varios medios estadunidenses citan a republicanos en el sur de Florida que presionan por la acción militar contra Venezuela. El mayor promotor del cambio de régimen dentro del gobierno de Trump es el secretario de Estado, Marco Rubio, producto de la comunidad cubanoestadunidense de Miami.

“Rubio espera que la campaña de presión del gobierno de Trump contra Venezuela rompa la voluntad de Maduro de permanecer en el poder”, reportó Politico esta semana. “Pero si el esfuerzo se desvía, entonces podría dañar las posibilidades presidenciales de Rubio –al perjudicar su apoyo con votantes claves, especialmente en su estado de Florida”.

No hubo comentarios públicos de los participantes en la reunión de Trump esta noche con Hegseth, Rubio, el jefe del estado mayor general Dan Caine, el asesor presidencial Stephen Miller y Susie Wiles, jefa de gabinete, donde supuestamente se abordaron los pasos sobre Venezuela. Por lo tanto, aún no se sabe qué facciones y corrientes están ganando en el concurso para persuadir al comandante en jefe de cómo y cuándo proceder en este asunto.

Ahora, y tal vez a propósito, todo está en veremos y los profesionales de la especulación siguen con el juego de las apuestas.