
Riad, Arabia Saudita.— Con el puño derecho arriba, la cara seria y su canción Martes 13 de fondo; así arribó Saúl Canelo Álvarez a la ceremonia del pesaje previo a su combate con el cubano William Scull, a desarrollarse en el desierto, en Arabia Saudita.
El mexicano y su oponente cumplieron con el peso establecido para la pelea de este sábado en la Arena Riyadh. Ambos pugilistas están por debajo de las 168 libras (76.20 kg), pactadas para la división de los supermedianos y listos para su combate en medio oriente.
Scull fue el primero en subir a la báscula. El cubano se despojó de su camiseta blanca para mostrar el resultado del trabajo que ha hecho para llegar en su mejor forma física a este combate. El cubano de 32 años registró 166.1 libras (75.34 kg).
Álvarez subió a la báscula con la confianza que lo caracteriza. El mexicano también lució su físico. Con el rostro reflejando seriedad y poniendo en tensión sus bíceps fue como Saúl Álvarez se presentó ante los asistentes a la ceremonia del pesaje, quienes no dudaron en capturar el instante con sus teléfonos. El mexicano superó a su oponente por una libra, registrando 167.1 (75.79 kg).
Canelo apenas quiso intercambiar miradas con su rival; fue hasta el encare que ambos se miraron fijamente a los ojos, sin gesticular, casi sin parpadear. Luego del face off, Scull tomó la confianza para flexionar los brazos y mostrarle a Arabia Saudita y al mundo su musculatura.
“Estamos listos para mañana [hoy]”, dijo Álvarez tras el pesaje. “No me importa un carajo el tamaño. Para mí no es importante, cuando eres un buen peleador eso no importa”, añadió en referencia a los casi 10 centímetros de estatura que Scull le lleva.