El médico, que es conocido por su amabilidad y buen trato en la comunidad de la Sierra Mazateca de Oaxaca, vivió en carne propia la tragedia de muchas familias que buscan un espacio en los hospitales del estado de Oaxaca para ser atendidos ante la pandemia a causa del nuevo coronavirus.
“¡Pido ayuda a mis jefes jurisdiccionales, doctores de enseñanza, médicos, maestros, a todo mundo, porque tengo un familiar enfermo contagiado de COVID-19, que es mi padre y no lo quieren atender!”, explicaba.
Señaló que el familiar llegó en ambulancia al Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño, donde fue rechazado.
“Nos mandan desde el día de ayer, yo estoy buscando lugar para que sea atendido y valorado, y para que le den por lo menos oxígeno, ya que se está desaturando”.
El joven imploraba ayuda, ya que la ambulancia que en esos momentos trasladaba al padre debía ser devuelta.
“Dicen que solamente los directores están capacitados para recibir a nuestros pacientes, que las referencias no sirven de nada, a menos que el director haya hablado con otro director de ese hospital y puedan hacernos válida la referencia”, exponía, con lágrimas en los ojos por la impotencia de no ser atendido.
El médico señaló que llevaría a su paciente a valorar en otro intento, al hospital del IMSS, donde ya había intentado que fuera admitido.
El Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño vivió la polémica cuando pretendía abrir sus instalaciones con equipo “prestado”.
A dicha inauguración fue invitado el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se negó a darle el visto bueno al nosocomio, hasta que este no tuviera su propio mobiliario, que adquirió varias semanas después.