El 60% de los homicidios se concentraron en los municipios con AVG, y un 35% en municipios sin Alerta, “lo que no marcó una diferencia entre tener o no una alerta por violencia de género”, señaló en entrevista con Apro la presidenta de GESMujer, Angélica Ayala Ortiz.
Los asesinatos de mujeres en la entidad continúan, aunque esté activa la AVG, y año con año se han incrementado: en 2017 fueron 117 casos, en 2018 hubo 123, y en 2019 todo indica que la cifra se incremente más, señaló Ayala Ortiz.
“Consideramos que es importante la voluntad política. La alerta es un mecanismo, pero hay que partir del principio de que las mismas autoridades reconozcan que no está funcionando”, continuó, cuando a un año, “deberían de presentar resultados.” La presidenta de la organización lamentó que se están dando casos, números, y cursos, pero que las medidas no son evaluadas según el impacto que pueden tener en garantizar la libertad y vida a las mujeres.
El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, había asegurado hace dos días en sesión del Sistema Estatal para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia, que “la erradicación de la violencia contra las mujeres es una tarea de primer orden en la agenda de mi gobierno”, y que en materia de AVG, “Oaxaca tiene sus particularidades, pero vamos en la ruta correcta.”
En concreto, la organización identificó tres regiones (con AVG) con mayores casos de feminicidio: el Istmo, con el 26% de los casos, seguido de la Costa con un 18%, y Papaloapam, con 16%. Pero una gran parte de los asesinatos sucedió en zonas sin alerta declarada.
De 20 casos ocurridos en Valles Centrales, nueve asesinatos sucedieron en municipios con AVG y 11 en municipios sin Alerta, entre ellos Villa de Etla, Santa Maria Atzompa y Ejutla de Crespo. En la región Mixteca, de 18 casos, nueve ocurrieron en municipios con alerta, y en nueve municipios sin alerta, donde destaca Santiago Juxtlahuaca con cinco casos.
Un 52% de las víctimas tenían entre 15 y 44 años de edad, y la mayoría (59%) fueron asesinadas por arma de fuego, indicó un comunicado que emitió este día GESMujer.
Eso “significa que las mujeres están pagando con su vida los costos de una omisión grave en cuanto al control y uso de armas de fuego en Oaxaca.”
Aunque en la mayor parte de los casos, se desconocía la ocupación de las víctimas, 10% se dedicaba a labores del hogar, el 6% eran comerciantes, y el 4% estudiantes- “oportunidades truncadas para el desarrollo de nuestro estado”, según la agrupación.
La Alerta de Violencia de Género, “es un mecanismo perfectible” concluyó GESMujer. Por lo tanto, se necesitaría evaluar “no sólo en términos de cuántas capacitaciones se brindan, sino de valorar si esos esfuerzos se reflejan en la labor de los y las servidoras públicas”, indicaron.
Asimismo, se deben contemplar las características pluriétnicas del estado, analizó la organización: “A la fecha los esfuerzos para atender la violencia en comunidades indígenas siguen siendo los mecanismos institucionales, que les requieren a las mujeres que viven en situación de violencia, salir de sus comunidades y enfrentar barreras geográficas, económicas, culturales y discriminación.”
La organización GESMujer considera limitado el alcance de las alertas, “sólo pueden ser una estrategia complementaria” señalaron, e hicieron un llamado al gobierno de la entidad, de seguir implementando y fortaleciendo el “Programa Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia de Género contra las Mujeres”, publicado recientemente en el Periódico Oficial del Estado.
Con información de APRO