También se auto-impusieron un estricto toque de queda: desde las 9 de la noche y hasta las 6 de la mañana nadie puede salir por nada. Hasta ahora no ha habido ningún caso confirmado de coronavirus en el municipio, y solo se han registrado 6 en todo el estado, pero los habitantes de Villa de Talea saben que no pueden escatimar en riesgos.
“Las autoridades del pueblo se reunieron y plantearon escenarios en los que nos dimos cuenta que no íbamos a salir bien librados. El centro de Salud no tiene la capacidad de dar respuesta técnicamente a un infectado. Con lo que se requiere y los insumos que se necesitan en la clínica de salud, nos vemos muy limitados. Con que se presente un caso ya no la libramos, no la contamos”, reconoció Hernánez Santibáñez, tesorero del municipio, a La Silla Rota.
“Tenemos personas adultas, con enfermedades degenerativas. Es preferible tomar estas medidas, aunque a mucha gente le parezcan exageradas. No queremos estar aislados totalmente. Pero fue la decisión que tuvimos que tomar al evaluar todos los escenarios”, agregó.
Hernández explicó que algunos familiares han podido pasar porque llevaban consigo un certificado médico que avalaba que no eran portadores delCOVID-19. Los demás solo han podido avanzar hasta los límites del retén, donde los encargados les han tenido que impedir el paso y ordenar que se den la media vuelta.
Del pueblo solo pueden salir embarazadas y personas en situación vulnerable con enfermedades crónicas como la diabetes. La infraestructura médica que hay en la zona es una clínica de salud de dos núcleos básicos. “Afortunadamente tenemos dos pasantes de medicina, dos doctoras, dos enfermeras de base y una de servicio social, teníamos odontóloga, pero la universidad a la que pertenece le pidió que se retirará para evitar contagios”, contó Hernández.
Pasan con certificado médico
“Tenemos personas adultas, con enfermedades degenerativas. Es preferible tomar estas medidas, aunque a mucha gente le parezcan exageradas. No queremos estar aislados totalmente. Pero fue la decisión que tuvimos que tomar al evaluar todos los escenarios”, agregó.
Hernández explicó que algunos familiares han podido pasar porque llevaban consigo un certificado médico que avalaba que no eran portadores delCOVID-19. Los demás solo han podido avanzar hasta los límites del retén, donde los encargados les han tenido que impedir el paso y ordenar que se den la media vuelta.
Del pueblo solo pueden salir embarazadas y personas en situación vulnerable con enfermedades crónicas como la diabetes. La infraestructura médica que hay en la zona es una clínica de salud de dos núcleos básicos. “Afortunadamente tenemos dos pasantes de medicina, dos doctoras, dos enfermeras de base y una de servicio social, teníamos odontóloga, pero la universidad a la que pertenece le pidió que se retirará para evitar contagios”, contó Hernández.
Algunos han comenzado hacer trueque para hacerse de alimentos y apoyarse entre la comunidad.
Aunque Villa Talea de Castro es uno de los 979 municipios que no tienen casos de contagios de COVID-19 -la jornada de Sana Distancia podría levantarse el 17 de mayo- se avecina lo más complicado.
Los oriundos del municipio que hacían labores de construcción se detuvieron y con ello ya no hay trabajos. Algunos de los paisanos de dicho municipio que se fueron a EEUU en búsqueda del sueño americano también suspendieron sus actividades y ya no pueden enviar remesas a sus familiares.
“Sin más que agregar, de antemano le ofrecemos una disculpa. Sin embargo, ante la contingencia, esperamos su comprensión y colaboración”, explica un letrero que cuelga en uno de los accesos
En México, el número de casos de personas infectadas por COVID-19 aumentó a 7,497 pacientes confirmados, reportó la Secretaría de Salud (SSa) este sábado. La cifra de víctimas fatales creció a 650.
Con información de INFOBAE