Protección Civil municipal de Unión Hidalgo, reportó daños menores en viviendas y en el centro de salud como la caída de repellados y cristales rotos, además de crisis nerviosas en la población.
“Llevamos a cabo un recorrido dentro de la población. Hasta ahora tenemos extraoficialmente dos viviendas dañadas: tenemos una vivienda con desprendimiento de repello con fractura y tenemos una con daños en cristales”, comentó Wilbert López Cabrera, de Protección Civil de Unión Hidalgo.
También en Juchitán, Ixtepec, Tehuantepec y Salina Cruz, la mayoría de sus habitantes salieron de sus viviendas, por la experiencia que les dejó el terremoto de 8.2 grados ocurrido el 7 de septiembre de 2017.
“Sonó el temblor y salimos. Viera qué pasó en esta casa, es tan triste ya pasó en una ocasión y ahora otra vez se cayó todo el repello”, dijo Cándido Santiago, un afectado en Unión Hidalgo.
“La alerta sísmica funcionó muy bien porque nos avisó antes del temblor y pudimos bajarnos, ya nos tocó abajo el temblor y ya nos acostumbramos al ruido que procede de la alerta sísmica”, mencionó Viviana Ramos, habitante de la localidad.
En un comunicado el gobierno de Oaxaca descartó pérdidas de vidas humanas.
De acuerdo con Protección Civil del Istmo de Tehuantepec, en las próximas horas se revisarán inmuebles civiles y escuelas para descartar daños estructurales y garantizar el regreso a clases el próximo miércoles.
En la refinería Antonio Dovalí Jaime, del puerto de Salina Cruz, se activaron los protocolos de emergencia por sismo y se procedió al desfogue de los ductos y durante las maniobras no se reportaron incidencias.
En la ciudad de Oaxaca las actividades nocturnas en centros de esparcimiento donde aún se concentran decenas de personas con motivo de las vacaciones, continuaron sin contratiempos.
El sismo fue perceptible en las ocho regiones geográficas del estado, y en la capital oaxaqueña, se activó el Sistema de Alerta Sísmica, debido a que el evento superó los 5.5 grados.
Con información del periódico Excélsior.